Esta newsletter en realidad no debería ni estar aquí.
La única razón por la que la estás leyendo es porque es una decisión que tomé hace pocos días y no lo dije la semana pasada. Me sabe un poco mal no escribir sin avisar (en twitter no es lo mismo) y así aprovecho y expongo —brevísimamente— la razón de que no vaya a haber carta esta semana.
Desconexión
Llevo unos cuantos días un poco a medio gas (por no decir con el depósito casi vacío) y la verdad es que quería aprovechar este puente para descansar un poco.
Cambiar el chip, aprender cosas que no tengan nada que ver con lo que haga día a día, que activen otras neuronas de mi cerebro y me refresquen un poco porque, aunque disfrute mucho todo lo que hago (escribir esto cada semana incluido), lo que necesito ahora mismo es desconectar, incluso de aquello que disfruto.
Porque si seguimos tirando y tirando de la cuerda, al final dejamos de disfrutar.
Así que llevo desde el jueves dejándome un poco llevar y atendiendo a otro tipo de inquietudes que estaba postergando y que ahora mismo me hacen vibrar de una manera totalmente ociosa y sin esperar realmente sacar nada de ello, porque creo que me lo debo a mí misma.
Equilibrio
He hablado alguna vez aquí ya sobre la búsqueda del equilibrio y cómo creo que es algo que existe y a lo que hay que aspirar.
El equilibrio no entendido como la habilidad de hacer varias cosas a la vez a una intensidad parecida, sino con nuestra capacidad para saber cuándo es el momento exacto de dejar de dar el 100% en lo que estamos haciendo y hacer en su lugar otra cosa, a esa misma intensidad.
Yo llevo varias semanas al 100% y mi cabeza me está diciendo que ahora le toca descanso al 100%, así que le he hecho caso y he puesto el off total un par de días.
Eso incluye también esta newsletter, que aunque no la considero “trabajo” al final es algo a lo que dedico bastantes horas de la semana a pensar. Necesitaba pasar un viernes por la tarde haciendo otra cosa y tener una verdadera sensación de “vacaciones”.
El lunes vuelvo de nuevo (a tu buzón el sábado) pero quería dejar por escrito la razón sincera de no escribir.
No es porque sea festivo y haya pensado que tengáis mejores cosas que hacer que leerme a mí —cosa que no dudo— porque en ese caso no habría escrito nada, sino que es una decisión para mí.
Apagar el botón unos días y volver a encenderlo con la cabeza despejada, por responsabilidad conmigo misma y porque auto escucharse está muy bien, pero si luego no nos hacemos caso de nada nos sirve.
Así que espero que estés pasando una estupendísima Semana Santa y que también estés descansando y dándote una tregua. Cómete una torrija, sal a dar un paseo, lee un buen libro y échate una pedazo de siesta de esas que te dejan hecha un trapo el resto de la tarde.
Y la semana que viene nos vemos 😉
Foto de cabecera: Taisiia Shestopal
Te entiendo Elena, descansar es bueno. Te he seguido desde el inicio de tu newsletter y me has ayudado mucho, lo cuál te agradezco y lo menos que puedo hacer es que te tomes un respiro. 🌱